sábado, 19 de septiembre de 2015

Los Guardianes de la dignidad del ser humano están en Caracas y son expuestos en galería

Diana Carvallo todavía recuerda el día en que se accidentó su vehículo en medio de una autopista cuando viajaba con su hija. Dos motorizados se detuvieron cerca de ella. Los hombres, sin dar explicaciones, cambiaron el caucho averiado y continuaron su camino. “Eran ángeles urbanos”, dijo. La primera exposición de la artista plástico está basada en, como los define, seres que defienden la dignidad y la libertad del ser humano.

La muestra está influenciada por las protestas y los actos de valentía que han ocurrido en el planeta. Carvallo no solo se preocupa por la situación venezolana, sino que menciona los casos de otros países como Líbano o Libia. Esto le ocurrió cuando creaba una serie de mujeres que, de forma improvisada, expresaban conmoción. La artista plástico explicó que al ver lo que “nacía de sus manos”, les preguntó “¿qué pasaba?”, y sucedió la vinculación con los actos de violencia en el mundo. “¿Cómo abrazo a una madre que le mataron su hijo en la calle sin ninguna razón”, se preguntó.

Los materiales

La materialización del proyecto es sin duda uno de los pasos más importantes al crear una obra de arte.  Entre toda la gama de opciones para escoger, siempre hay uno que va a sobresalir. A simple vista se pueden observar: telas, hierro, bronce, alambre, arena, conchas de mar y cerámica. Esta última es la base de todas las esculturas que constituyen la muestra. “La cerámica es como la vida, todo es una sorpresa. A veces puede salir muy bien o en un completo desastre”, comentó Carvallo. Ella no ha estudiado formalmente el trabajo de la cerámica, sus conocimientos los ha adquirido en la práctica, de su día a día se nutre para hacerse cada vez más hábil en la técnica.

Como parte del sub lenguaje está la mezcla de diversos materiales tocados por el hombre. Las telas están pintadas, las cabillas fueron encontradas en la playa y la cerámica fue moldeada por sus propias manos. Se identifica  con las historias que guardan los objetos, es por eso que cada escultura habla distintos idiomas: el espectador puede sentir un sinnúmero de emociones, cada material cuenta su propia vida. Si el proceso ha sido efectivo, se logra una comunicación directa entre la obra, la artista y el espectador. “No quiero etiquetar la pieza, quiero que la persona sienta lo que quiera. Si alguna de estas piezas toca a alguien, ese es mi objetivo”.

La mirada

La actitud guardiana en la que permanecen las esculturas se puede evidenciar también en la mirada de cada una de ellas. Lo único que se observa es la vista de los muchachos, su cara está cubierta; pero sus ojos, al desnudo, sin protección, representan las puertas del alma de estos jóvenes.

“Mi intención es que miren, lo mágico es cuando esto sucede”, comentó la artista. También señaló que realizó una investigación exhaustiva sobre el tema: “Estudié montones de fotos. ¿Cómo saber si es un hombre o una mujer exclusivamente por los ojos?”.

Los personajes

Guardianes presenta una serie de, en su mayoría, hombres vestidos como manifestantes. Algunos están montados sobre ladrillos que los erigen como seres con pocos recursos, aparte del coraje, para defenderse. En menor cantidad se observan las mujeres, ubicadas en un espacio aislado, lo que las hace ver resguardadas. Es imposible no percatarse de una que Diana Carvallo llama “provocadora”: una embarazada que tiene puesta una máscara antigás, alambres cerca de los hombros y está ubicada sobre piedras negras; la barriga está fragmentada.

“Las mujeres son la vida, se sorprenden, apoyan; pero tienen que mantener la raza humana. El hecho de que están aisladas significa que protegen la vida”, expresó.

Carvallo opinó que la exposición puede ser una forma de justificar el derecho que tienen las personas de rebelarse y defender su esencia: la libertad. Aunque resaltó que “ángeles urbanos” son también quienes ofrecen una sonrisa o apoyan en momentos críticos.

A pesar de las relaciones que tiene la obra con su vida, Carvallo prefiere que no pertenezca a un momento histórico o una corriente artística. “Es como un hijo. Al final va a ser como quiera, uno no lo puede controlar”.

Texto de:
Keyla Brando @BrandoSinMarlon
Isaac Gonzalez Mendoza @Sasamendo 

Fotografías: 
Abraham Tovar @Abraham95O

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